jueves, 14 de octubre de 2010

México, la relación de la Iniciativa Mérida

En México la batalla contra el narco está más que pérdida, 30 mil muertos, el ejército en las calles, zonas controladas por grupos delictivos que han creado un Estado dentro del Estado que cobra impuestos de seguridad, miles de millones de dólares tirados a la basura pero sobre todo el temor de no saber si se volverá a casa con vida son la muestra de que prevalece un clima de violencia que no tiene fin, al menos no uno próximo.

Pareciera que iniciamos una guerra que no supimos dimensionar y ahora le tocará a alguien  más venir a ordenar el desastre que ocasionamos porque el tiempo corre y el sexenio se acaba, “total ahí vendrá el otro”. Es como en las fiestas, todos nos divertimos, participamos y nos servimos pero cuando se acaba nadie se quiere quedar a recoger el desorden, por lo regular los que más protagonizaron el evento son los primero en huir.

El gobierno federal ha implementado como estrategia el combate frontal al crimen organizado que hasta ahora no ha dado resultado, ya que a diario en el país se reportan ejecuciones, bloqueos o tiroteos, sin embargo las autoridades han dejado de lado las estructuras financieras que permiten a estos grupos obtener armamento sofisticado y comprar voluntades cuyo precio es tan bajo comparado con el daño que hacen. Prevalece esa cultura de “agarro mientras puedo porque ya luego quién sabe”.

Recientemente el senador Francisco Labastida pidió al gobierno federal “zafarse” de la Iniciativa Mérida que firmó con Estados Unidos bajo el argumento de que no sirve de nada y tiene razón, hasta ahora nada significativo se ha logrado con esta ayuda, porque de ser así las grandes detenciones habrían sido coreadas por ambos gobiernos.

El tráfico de armas hacia México sigue siendo uno de los peores dolores de cabeza, ya que son precisamente las que equipan al narcotráfico, tampoco se logrado inhibir el tráfico de droga y mucho menos se ha dejado de lavar dinero.

El problema efectivamente es bilateral porque mientras Estados Unidos no haga un verdadero trabajo para combatir el consumo de droga, México seguirá siendo su principal distribuidor, simple oferta y demanda. Sin embargo la Iniciativa Mérida, esas dádivas que ofrecen los estadounidenses, compran más de lo que se ayuda en realidad, por ejemplo el asunto de la soberanía. En una investigación para detectar empresas dedicadas al lavado de dinero una fuente confiable es sin duda el Departamento del Tesoro, que en esta relación con México cuenta con información muy valiosa, mientras que de otros países no tanto porque hay una mayor distancia. Es más fácil que encontrar en Estados Unidos datos mexicanos que de los mismos norteamericanos.

Además el mismo Labastida señala que para sacar adelante este acuerdo se tiene que ceder a cosas “irrazonables”, la pregunta queda en el aire ¿qué están ofreciendo nuestras autoridades a cambio de recursos que no serán empleados eficazmente en la lucha contra el narco?

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