lunes, 11 de octubre de 2010

González Márquez, mediáticamente incorrecto

Jalisco se ha convertido en el foco de atención cuando de intolerancia y falta de respeto a los derechos humanos se refiere, esto luego de que el cardenal Juan Sandoval Íñiguez y el gobernador del estado, Emilio González Márquez, hicieran declaraciones homofóbicas, incurriendo en una conducta políticamente incorrecta.

El religioso aseguró que los matrimonios entre personas del mismo sexo eran “traiciones a la Patria”, además de llamarlos maricones y lanzarse contra el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sus declaraciones, sin duda, son reprobables viniendo de un hombre que ha dedicado su vida a difundir los principales preceptos judeocristianos entre los que destaca el amor, el respeto y la paz entre los seres humanos.

Sus dichos se fueron por demás incendiarios, cuando en una misa llamó a defender a la típica familia sobre todas las cosas, apoyo que se volcó a las calles como manifestaciones, la tensión creció frente a Catedral cuando se enfrentaron verbalmente seguidores y detractores del ministro religioso.

Por su parte, González Márquez, quien ya está acostumbrado al escándalo por no medir sus palabras (viene a la memoria aquella mentada de madre en completo estado de ebriedad por el donativo que hizo a la Iglesia Católica y que le valió el apodo del Gober Piadoso) no se quiso quedar fuera del reflector y se lanzó a la cruzada homofóbica al decir que a él le daban “asquito” los gays, pero quizá cuando buscaba su voto no sentía la repulsión que hoy pregona.

El mandatario jalisciense aún no resuelve el problema que tiene con la Universidad de Guadalajara por asuntos del presupuesto, incluso carga con la mofa que han hecho las autoridades educativas por su “temor” tras recibir un par de catrinas que eran artesanías de estudiantes de bachillerato, y ahora se echa encima otro pleito que está completamente fuera de lugar.

Sandoval Íñiguez podrá argumentar que la religión que profesa en múltiples ocasiones reprueba las relaciones entre personas del mismo sexo, aunque eso no quiere decir que estén impedidos para creer en su fe, pero González Márquez se olvida que él gobierna a todos los jaliscienses, sin importar su preferencia, lo mismo da si se es homosexual, heterosexual o bisexual, él debe garantizar el respeto a los derechos humanos y no insultar a quien tiene una inclinación diferente a la suya.

Ojalá que las expedientes que abrió el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) no queden en sólo un asunto mediático, ya que la impunidad sigue aquejando a la sociedad mexicana.

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